La crisis política que atraviesa un país puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana de sus ciudadanos, y uno de los aspectos que se ve afectado es la asistencia de los colaboradores a sus lugares de trabajo.Las manifestaciones, protestas y cierres de vías son fenómenos comunes durante estas situaciones, lo que conlleva a retrasos e inasistencias de los empleados en sus trabajos. Este escenario plantea la interrogante: ¿quién asume el costo de la ausencia del colaborador? ¿Deben pagarse los días no laborados o pueden descontarse? En este artículo, exploraremos las implicaciones legales y las opciones disponibles tanto para los empleados como para los empleadores en esta situación.
El Código de Trabajo no aborda específicamente las ausencias debidas a cierres de vías o manifestaciones políticas, pero establece pautas generales para las faltas justificadas e injustificadas. Por un lado, no obliga a los patronos a pagar los días no laborados, pero, por otro lado, en el artículo 128, establece que el empleador debe dar permiso para ausentarse en casos de fuerza mayor. Esto incluye faltas justificadas relacionadas con graves calamidades domésticas, siempre que se avise con la debida anticipación y que no se perjudique la operación de la empresa.
El artículo 128 del Código de Trabajo también obliga al empleador a garantizar la seguridad de sus colaboradores y sus bienes. Esto significa que el patrono debe tomar medidas para evitar exponer a los trabajadores a situaciones peligrosas, como pasar por protestas violentas o bloqueos de carreteras. Además, se debe considerar el impacto económico que puede sufrir un empleado al enfrentar cierres de vías, que van desde hurtos y robos hasta daños a vehículos y pertenencias personales.
La pregunta principal que surge en esta situación es si se debe pagar o no a los colaboradores por los días en los que no pueden asistir al trabajo debido a cierres de vías o manifestaciones políticas. Para responder a esta pregunta, se deben considerar varios aspectos:
En este contexto, la comunicación entre el empleador y el empleado es esencial. La empresa debe orientar al trabajador acerca de las opciones disponibles y cómo manejar adecuadamente la situación. Además, es importante recordar al empleado la importancia de comunicar con antelación cualquier imposibilidad para asistir al trabajo.
Definitivamente que esta situación genera desafíos tanto para los colaboradores como para los empleadores. La seguridad y el bienestar de todos deben ser una prioridad, al tiempo que se garantiza la continuidad de las operaciones empresariales. La flexibilidad y la empatía desempeñan un papel crucial en la gestión de las ausencias durante situaciones de crisis política.